Nuevamente ante equipo brasilero, nuevamente 1 a 0 en el partido de ida. San Lorenzo le ganó a Cruzeiro con gol de Gentiletti de cabeza y viaja a Belo Horizonte con una imporante ventaja y nuevamente con la valla invicta.

A San Lorenzo lo talaron de la tierra que lo vio nacer para plantarlo en arenas ajenas. Pensaron que los años iba a secarlo, que el tiempo haría que aquel árbol se olvidara de sus raíces y buscara la forma de acomodarse a su nuevo lugar. Pero bajo los cimientos que trataron de implantar en el proceso militar, había una semilla que, con el sudor de hinchas y dirigentes, comenzó a germinar y crecer para romper -una vez más- todo tipo de etiqueta que el mundo del fútbol trató de imponer. La vuelta a Boedo es una realidad.

La historia data de 1916. En aquel entonces, bajo a presidencia de Antonio Scaramusso, se inauguró el Viejo Gasómetro, situado sobre Avenida La Plata, entre las calles Inclán y Las Casas. Fue en un partido que el Cuervo venció por 2-1 a Estudiantes de La Plata. La cancha se mantuvo en pie hasta el 81, año de su demolición, alcanzando una capacidad máxima de 100.000 espectadores, aunque se vio reducida años después cuando se aumentó el número de plateas.

San Lorenzo sufrió presiones y fue amenazado por el gobierno dictatorial de fines de la década del 70 para que proceda al remate de sus tierras en Avenida La Plata. En aquel entonces, la crisis deportiva que sufría el club se vio aparejada por el deteriodo institucional, lo que llevó a problemas económicos ineludibles luego de vivir una de las mejores épocas de su historia. Las deudas y los pedidos de quiebra obligaron a la dirigencia de aquel entonces a dejar las tierras de Avenida La Plata para nivelar la situación. Como consecuencia de estas calamidades, la Comisión debió aprobar el traspaso a la Ciudad.

El cierre del Viejo Gasómetro y posterior remate ocurrió en un tiempo oscuro para el país. Es sabido, además, que Carrefour pagó por el predio nueve veces más de lo que recibió San Lorenzo. Mientras el Ciclón buscaba ponerse de pie desde lo deportivo, el Gobierno aceptó la venta al banco Mariva a cambio de ocho millones de dólares. En aquel momento se firmó una ordenanza que prometía la apertura de dos calles y la construcción de un barrio para prohibir, así, la construcción de supermercados.

Pero, mágicamente, aquel escrito desapareció y mediante algunos intermediarios fantasmas se efectuó la venta para que Carrefour, que habría actuado de buena fe, hiciera pie en Argentina por primera vez para la construcción de un hipermercado. Y el Cuervo, por su parte, aceptó los terrenos donde hoy se ubica la Ciudad Deportiva, en el que tiempo más tarde se inauguraría el Nuevo Gasómetro (1994).

La vuelta a Boedo no fue un capricho. Se trata de una cuestión social que roza la identidad de hinchas, dirigentes y jugadores con el lugar que lo vio nacer. Y no sólo eso: se trata, además, de sepultar un fantasma que nadie quiere recordar. Lo festejás, Cuervo. Lo festejamos todos.

Por: ISAIAS BLAIOTTA . (Olé)

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