En la cancha auxiliar de la Ciudad Deportiva, el Ciclón se midió con Montevideo Wanderers: el primer partido fue 2-0, con goles de penal de Blandi, y el otro terminó 0-0.

Esta mañana corrió la pelota en el Bajo Flores. Por primera vez desde que arrancó la pretemporada San Lorenzo jugó un amistoso, con Montevideo Wanderers, que dejó un sabor agridulce.

Primer partido

El primer partido comenzó cuando las agujas marcaban las 10 de la mañana y estuvo protagonizado por los titulares de ambos equipos. Se jugó en dos tiempos de 45 minutos cada uno. San Lorenzo formó de la siguiente manera: Navarro; P. Diaz, Gonzalo Rodríguez, Caruzzo, Rojas; Mercier, Mussis; Cerutti, Belluschi, Merlini; Blandi. Si bien el equipo cuervo ganó 2-0, ambos goles fueron desde el punto penal. Algo que inquieta por la falta de oportunidades y la terminación de jugadas.

Para destacar fueron las actuaciones de Merlini, que tuvo una chance muy clara para concretar un 2-0 parcial. Con su velocidad, logró deshacerse de los defensores del conjunto charrúa, enganchó hacia el centro y disparó sin suerte, ya que el travesaño le negó lo que pudo haber sido un golazo.Mussis es otro de los que jugaron bien. Como siempre, el mediocampista dejó el alma corriendo y trabando, pero con la seguridad de cuando el Pichi Mercier cubre su espalda, que también lo hizo muy bien.

En la mitad de la cancha, el amo y señor fue El Rey Belluschi, que regaló un doble sombrerohermosísimo para deshacerse de su persecutor, y lo logró con creces. Además, cumplió bien con la creación de jugadas para lo que se asoció muy seguido con el Mago Merlini. Nico Blandi cumplió a secas. No tuvo muchas oportunidades de tiro, pero se ocupó de los penales y los mandó adentro.

En la defensa, todos los ojos estaban puestos en el flamante refuerzo azulgrana Gonzalo Rodríguez, quien tuvo un desempeño bueno, más allá de que en el comienzo del partido fue protagonista de un error groserísimo al perder la pelota y dejar a un delantero de Wanderers en la puerta de área, situación que Rodríguez solucionó con una falta. El defensor del Ciclón no vio ninguna tarjeta, pero traspasado a un plano oficial hubiera sido para expulsión.

El mayor de las incógnitas se vio por el lado derecho de la cancha. Ezequiel Cerutti no aportó en ataque. Si bien, cuando perdía la pelota bajaba para recuperarla, no logró desequilibrar a la hora de ser ofensivo. En añadidura, el wing azulgrana malogró dos chances clarísimas de gol (en una le pifió de lleno a la pelota y en la otra se resbaló y la mandó afuera) estando en el área chica contraria y de cara al arco.

Además de los once que arrancaron el encuentro, Diego Aguirre hizo jugar a ocho suplentes: Botta x Mercier, Senesi x Rodríguez, Salazar x Rojas, Torrico x Navarro, Reniero x Blandi, Castro x Belluschi y Gudiño x Merlini. Para sorpresa de propios y extraños, Rubén Botta se destacó al jugar muy bien. En esta oportunidad lo hizo por el centro del campo, donde se siente más cómo y se asoció con Belluschi, Merlini, Blandi y Cerutti.

En cuanto a las incorporaciones de este mercado de pases, Gudiño fue muy discreto. Jugó por izquierda, quizás fue eso lo que no lo hizo explotar (es diestro), pero lo cierto es que no se destacó.Por el contrario, Castro lo hizo bien en la creación de juego y hasta se animó a sumarse al ataque en algunas oportunidades.

Lo que más preocupa es la falta de tiros al arco que tiene San Lorenzo. Si el marcador lo da como ganador, fue porque un jugador de los de Uruguay tocó el balón con la mano de manera alevosa dentro del área y porque Blandi consiguió un penal, que también se ocupó de convertir y así sellar la victoria.

Segundo partido

El segundo encuentro se dividió en dos tiempos de 30 minutos; Diego Aguirre decidió mandar a la cancha a los jugadores que ocupan un lugar en el banco de suplentes: Torrico (Devecchi); Salazar (Berterame), Piris da Motta, Senesi, Montoya; Quignon (López), Castro; Gudiño, Romagnoli, Barrios (Conechny); Reniero.

En contraposición al primer choque, el que le siguió pareció un ring de combate. Los uruguayos se ocuparon de ensuciar el partido con muchas patadas y juego brusco. Fruto de esta falta de fútbol y un poco de mala suerte, Facundo Quignon debió ser reemplazado en el comienzo del segundo tiempo por una distensión en una de sus rodillas cuando se tiró al piso para trabar una pelota. Además, en la segunda mitad, Víctor Salazar sufrió una patada en su tobillo izquierdo que le produjo un pequeño esguince y lo obligó a abandonar el partido.

Se podría estar hablando de más lesionados, ya que Da Motta también fue víctima del maltrato charrúa. El paraguayo mostró sangre guaraní y se enojó con su agresor, pero la situación no pasó a mayores. Igualmente, el volante defensivo del Ciclón se contagió de la pierna fuerte y metió más de lo debía en varias circunstancias.

El reducido partido finalizó 0-0, pero San Lorenzo fue más y debió haberlo ganado de la mano de Nicolás Reniero, que demostró que puede ser el suplente de Blandi. También se destacó el Perrito Nahuel Barrios, que deslumbró con su rapidez, su buen juego y su gran garra. Pero el que tuvo una actuación opaca fue el Pipi Romagnoli, que por más que le pese no demostró que está para jugar. Estuvo muy lento y no logró concretar las jugadas que pretendía.

El plantel gozará del domingo libre y el lunes volverá al trabajo desde las 15.30 a puertas cerradas. El miércoles se medirá ante Godoy Cruz en la Ciudad Deportiva, aún sin horario confirmado y el próximo sábado lo hará con Peñarol de Uruguay a las 18 en el Pedro Bidegain con público. (M.A.)

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