San Lorenzo tuvo una de sus actuaciones más solidas y se impuso sobre Boca con claridad. La cancha mojada no le impidió jugar: lo hizo muy bien y ganó 2-0. Los goles fueron de Martín Cauteruccio y Gonzalo Verón.
La paternidad se estiró. Festejó Boedo. En la lluviosa tarde del Bajo Flores, San Lorenzo fue más que Boca en lo colectivo y pudo desequilibrar el marcador a partir de las destacadas individualidades de Gonzalo Verón, clave en el primer gol y autor del segundo.
Un 2-0 que no dejó dudas. Tuvo la misma contundencia que el ataque del Ciclón. Pegó a los 6 y a los 12 minutos del segundo tiempo. En una ráfaga. Ya no de viento sino de fútbol. Y ese viento se llevó consigo a los malos resultados. A las malas actuaciones. Sopló y le volvió a dar vida al equipo de Edgardo Bauza.
La victoria demoraba pero finalmente llegó. Y llegó en el clásico. Llegó contra Boca. Contra el rival que siempre hay que ganar. Contra el rival que, la historia dice, San Lorenzo siempre gana. El campeón de América, irregular en el torneo, esta tarde estuvo a la altura. Esta tarde cumplió.
En el futuro inmediato San Lorenzo viajará a Italia para medirse ante el Milan de ese país. En los días venideros, ya pensará en completar el campeonato local de la mejor manera. Pero el objetivo no está allí, el objetivo está en Marruecos, el objetivo está en el mes de diciembre. Y victorias como la de hoy revitalizan el deseo, y las chances, de gritar campeón mundial. (M.A.)
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