San Lorenzo goleó 5 a 0 al Bolívar en la ida de la semi de la Copa y puso un pie y medio en la final de la Libertadores. De local no sufrió, aprovechó todos los errores del rival, jugó muy bien y consiguió aire para viajar a La Paz con mucha tranquilidad. Boedo está de fiesta.
Noche de miércoles en Buenos Aires. Más de 45 mil almas cuervas coparon el Bidegain para alentar al conjunto de Edgardo Bauza. Era el principio del fin: era el momento de empezar a hacer historia.
Tras un espectacular recibimiento, San Lorenzo salió a la cancha con mucha concentración, orden y ganas de ser preciso a la hora de atacar. Los 11 qué paró Bauza fueron: Torrico; Buffarini, Cetto, Gentileti, Más; Villalba, Mercier, Ortigoza, Piatti; Romagnoli y Matos. A su vez, en el banco se sentaron: Álvarez, Fontanini, Kannemann, Kalinski, Barrientos, Verón y Cauteruccio
El partido comenzó tras el pitazo de Buitrago. De entrada, cuando todavía nos estábamos acomodando, a los 5 minutos, Matos cabeceó un tiro libre ejecutado por Romagnoli. Tanto tiempo para verte, Ciclón, se hizo notar: el grito de gol se hizo oír en todo Buenos Aires. 1 a 0 y tranquilidad para intentar mojar otra vez.
Con el partido bajo el dominio de San Lorenzo, la intensidad de los primero minutos bajó. Con un mediocampo aceitado, Mercier y Ortigoza manejaban los hielos y los tiempos. A su vez, Romagnoli se mostraba bien físicamente y complicaba al equipo de Bolivia. Piatti dejaba pagando a cuanto jugador con casca celeste intentaba detenerlo. A los 27, y tras otro centro del Pipi, Mas puso la cabeza y… adentro. ¡Gol de San Lorenzo! 2 a 0 en un primer tiempo en el que el equipo de Boedo fue ampliamente superior. Pitazo y a los vestuarios. La noche recién estaba amaneciendo.
Sin cambios, San Lorenzo salió a comerse al rival con el afán de estirar la ventaja. Gran partido de Buffarini, con sus eternas proyeccions y su entrega (una lástima que el 7 llegó a la tercer amarilla y se pierde la vuelta). A los 25 el Pichi Mercier fue a presionar, trabó, ganó, se llevo la pelota y definió como el Beto Acosta: fuerte, rasante y cruzado. ¿Para qué no? Estalló el Bidegain tras el gol del emblema de este San Lorenzo. Un Mercier que ya está adentro de los corazones de los hinchas del Ciclón.
Con la calma del 3 a 0, Bolivar no hizo pie con bola. El conjunto Boliviano se desarmó táctica, anímica y futbolísticamente. Con este panorama, el técnico azulgrana mandó a la cancha a Caute y al Pitu por Matos (de gran partido) y el Pipi, respectivamente.
Tras un mal rechazo del fondo del equipo visitante, Buffarini la paró de pecho, avanzó hasta la medialuna del área y clavo un fortísimo derechazo para poner el 4 a 0 y sorprendernos a todos. ¡4 a 0! Impresionante el despliegue de San Lorenzo que lo jugó como una… como un gran partido.
Cuando el partido se moría, Verón ingresó en lugar de Villalba (no para nunca Tito). Luego de una falta sobre Barrientos –entró enchufado y tiró un par de lujos, que demuestra la clase de jugador que es- el mismísimo 11 le puso un pase en la cabeza a Mas para que éste convierta el segundo en su cuenta personal y el quinto de San Lorenzo. ¡Goleada de local en la ida! ¡Vamos Ciclón! (Prensa SL)
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