Detrás de los Correa y los Villalba, viene otra camada de pibes que prometen. Bauza los vio y los cuenta.
Desde Ecuador, antes de las Fiestas, Bauza se comunicó con Romeo para hacerle dos consultas: preguntarle cuántas chances había de contratar a Hernán Barcos, y qué tan buenos eran los pibes de la cantera. No se refería a Correa, Villalba y Navarro, claro. Tampoco a Catalán. Si no a Ramiro Arias, Gabriel Esparza, Facundo Quignón, José Devecchi y Emmanuel Torres, de quienes tenía muy buenas referencias. “Tenés que verlos”, le contestó el manager. Y el DT cumplió: no sólo los observó, sino que quedó chocho con su nivel y, sobre todo, sus ganas de trabajar y ganarse un lugar.
“Somos privilegiados de pertenecer a este plantel. Vamos a dejar todo para tener la chance de jugar en la Primera de San Lorenzo”, le dicen a Olé los pibes.
Bah, lo de “pibes” es medio relativo. Arias (lateral izquierdo, 21), por ejemplo, fue utilizado por Madelón a comienzos del 2011 y fue titular ante Boca en el torneo de verano. Quignón (volante, 20), el único que no se entrenaba con Pizzi (fue subido por Bernie), quedó libre de River y recaló en el Ciclón, de donde surgieron Esparaza (mediapunta, 20), el arquerito Devecchi (18) y Torres (21), aquel delantero que Simeone concentró en 2009, que estuvo un año a préstamo en Almagro y a quien JAP invitó a practicar tras la lesión de Cauteruccio.
“Estamos mucho tiempo juntos, pero los muchachos del plantel nos integran en todo momento”, aclaran, felices, las otras joyitas de San Lorenzo. (Olé)
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